Todos quisiéramos que quienes visten el uniforme de la policía nacional tuvieran comportamientos protectores de los ciudadanos como los del agente Ángel Zúñiga Valencia. La Constitución así se los ordena: «las autoridades… están instituidas para proteger a todas las personas… en su vida… y demás derechos y libertades…» (Artículo 2) y no para sin ningún límite moral o legal asesinar, alentados bajo el amparo de superiores y gobernantes que los justifican y defienden.
Apartados
Comerciantes y empresarios en quiebra: Hora de tutelar
Gran parte de los pequeños y medianos comerciantes y empresarios del país votaron e hicieron campaña en las elecciones presidenciales en favor de Iván Duque. A ello probablemente los impulsó el miedo inoculado desde los medios de comunicación, una de cuyas misiones era precisamente amplificar para quienes ganaron la matriz de opinión de que un triunfo de Petro significaba un riesgo para la propiedad privada y por ende para sus intereses. Con el tema del «castrochavismo» y la «expropiación» hábilmente los engañaron y los usaron.
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Uribe y el uribismo: enemigos históricos de los trabajadores
El neoesclavista Decreto 1174 de agosto 27 de 2020 que abre la posibilidad de contratación de trabajadores por días y por horas ha servido para recordar todo un desafortunado pasado en el que el uribismo, con la complicidad de congresistas con precio (más no con valor) ha expedido durante las últimas 3 décadas una serie de normas retrógradas que han constituido un verdadero despojo o raponazo de derechos laborales y una negación en la práctica del Estado Social de Derecho instituido por la Constitución Política de 1991. Recordémoslos:
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Salarios por horas: Colombia no es USA
En el único propósito de quitarle cargas y aumentarles utilidades y/o ganancias a los empresarios el uribismo, una vez más y como siempre lo ha hecho, ha expedido una norma laboral que perjudica sensiblemente el bolsillo de los colombianos. El perjuicio se ocasiona tanto a los más pobres como a los que lograron acceder a un título profesional. Ello se infiere de lo declarado por la en ese entonces Ministra de Trabajo, Alicia Arango, a comienzos de marzo de este año cuando dijo: «A un ingeniero de sistemas tu no lo necesitas todo el día en tu oficina, sino dos horas».
Uso de cadenas y látigos: ¿Para cuándo el Decreto?
Al uribismo nada lo sacia. Su voracidad y ruindad contra los derechos de los trabajadores en el país no tiene límites. Decreto tras decreto, norma tras norma, han venido desde hace 30 años arrasando uno a uno los derechos laborales en el país en función de favorecer y ayudar a enriquecer cada vez más a los empleadores, bajo la justificación y reiterada mentira de que cada medida busca atacar el desempleo y crear nuevos puestos de trabajo que en la práctica o en la realidad jamás se concretan.
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Duque: ¡A Avianca SÍ! a pequeños empresarios y comerciantes ¡NO!
Los colombianos estamos frente un gobierno que actúa impúdica o desvergonzadamente. La decencia y la ética están en el mejor de los casos secuestradas en medio de un ejercicio de administración en el que el «todo se vale» es el ejemplo que se proyecta al resto de la ciudadanía desde el primer cargo público de la nación. Lo del «préstamo» a Avianca, tratado de ocultar o minimizado mediante la presentación de la cifra en dólares así lo corrobora.
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Galán nos advirtió sobre la Narcodictadura
Con dudas sobre la transparencia en el papel cumplido por la Registraduría Nacional del Estado Civil en las elecciones presidenciales y sobre la injerencia de dineros del narcotráfico en dicha campaña, Álvaro Uribe Vélez, a través de interpuesta persona, esto es, de Iván Duque Márquez, se hizo por tercera vez con el poder ejecutivo en Colombia y, además, con el cargo de senador y líder indiscutido de la bancada del partido de gobierno.
El respaldo de Uribe a la Corte Suprema de Justicia
Tras la decisión de privación de libertad, adoptada en su contra por parte de la Corte Suprema de Justicia, los ataques irracionales de Álvaro Uribe Vélez y de su círculo cercano contra el alto tribunal de justicia, no han cesado ni un momento. Seguir leyendo El respaldo de Uribe a la Corte Suprema de Justicia
Colombia: ¿Cuál democracia? ¿Cuál soberanía? ¿Cuál independencia? Somos una vulgar colonia de TRUMP
Ha quedado al descubierto la farsa. Colombia no tiene una de las «democracias más sólidas del continente», expresión con la que con frecuencia se nos miente. En las democracias el soberano, el que erige a los poderes constituidos (a los elegidos) es el constituyente primario, el pueblo. En el pueblo, y en nadie más, reside la soberanía, dice el texto constitucional. La elección de administradores de lo público (de lo que es de todos) jamás, en una democracia verdadera, puede entenderse como la emisión de un cheque en blanco para que los gobernantes hagan lo que se les venga en gana sin rendirle cuentas a nadie o permitan que otros, desde el extranjero, lo hagan.
Con el envío de tropas estadounidenses a territorio colombiano, anunciada no por el “gobierno” colombiano sino por la embajada norteamericana, pasando por encima y pisoteando a quien para la foto funge como «presidente» y, además, la dignidad del Senado y del Consejo de Estado, que de acuerdo a los artículos 173 (numeral 4) y 237 (numeral 3) superiores, son quienes tienen la facultad de autorizar el tránsito (y más la permanencia, agregamos) de tropas extranjeras por el territorio patrio, ha quedado en evidencia que la independencia nacional fue una efímera ilusión y una mentira que nos repiten los textos de historia patria.
Se ha materializado el temor profético de Simón Bolívar al visionar a Estados Unidos como el país «destinado por la providencia para plagar a América de miserias en nombre de la libertad». El silencio del “gobernante” frente a semejante afrenta no es más que la comprobación de que es una útil marioneta con dos titiriteros que la manejan a su antojo: Trump, el dueño de la finca, y Uribe su fiel y servil capataz.
¿Cómo ocultar o negar a partir de ahora que somos tan solo una colonia más a la que ni siquiera se le reconoce como tal? Colombia ha sido violada frente a toda la comunidad internacional y nuestro “gobernante” y su partido de gobierno sonríen de la misma forma en que lo haría un proxeneta que explota miserablemente lo que no le pertenece, pero ni siquiera a cambio de dinero sino de no ser expuestos y juzgados por todo lo que se sabe sobre ellos.
Nuestra triste realidad hoy, es que nos gobiernan dos dementes a través de cuerdas
imperceptibles de ventrílocuo. Los identifica, eso sí, un mismo comportamiento criminal, psicópata. Se placen y extasían con la guerra, con la muerte y con el derramamiento de sangre ajena. Dogmáticos y fanáticos están dispuestos a todo con tal de destruir a quienes se opongan a sus dogmas, a sus designios, a sus «verdades» que ni siquiera alcanzan para ser consideradas como doxas.
Felices deben estar los que votaron y quienes revivieron con su abstención y su voto en blanco este proyecto totalitario, reaccionario y retardatario propio del oscurantismo y de la caverna, señalando, como justificación para ello, que resultaba lo mismo votar por un proyecto liberal y progresista, proclive a defender y desarrollar la Constitución de 1991, que hacerlo por un proyecto ultraconservador, ortodoxo y que no conoce, y antes más bien desprecia, la ética. Un proyecto político que si pudiera nos devolvería, siendo optimistas, a la Constitución de 1886 aunque su verdadero sueño hecho realidad seria retrotraernos al medioevo de los señores y los vasallos o, un poco antes, a la sociedad integrada por amos y esclavos.
No les importa el pueblo raso, el país nacional del que hablaba Jorge Eliecer Gaitán. No les interesa si entre las tropas norteamericanas hay positivos asintomáticos de COVID-19 y agravan nuestra ya delicada situación o si vienen y violan con su «inmunidad» cientos de niñas a su paso. No les importa si desde suelo colombiano se agrede a un pueblo hermano y si la respuesta de su gobierno nos involucra en una guerra innecesaria, inconveniente e impredecible. Sería extremadamente importante que un acto de humildad y contrición los que contribuyeran a elegir a este remedo de gobierno que cada vez convierten más al país en una republiquita, reconocieran con valor civil su letal error.
Premonitoria o proféticamente Jaime Garzón situaba a Uribe como quien nos traería a los «redentores soldados norteamericanos». Hoy sus pronósticos geniales, como los de Simón Bolívar se cumplen. Estamos en mora de construir una verdadera independencia. Cuando Bolívar murió entró a gobernar una élite criolla igual o peor a la que el genio de América combatió. Aún nos gobiernan. La gesta de Bolívar fue traicionada.