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Álvaro Uribe Vélez: ¿Parapresidente de Colombia?

La «equivocación» de la vicepresidente Martha Lucía Ramírez al llamar a Uribe presidente, no es simplemente otro lapsus más de los que ha se han vuelto frecuentes entre quienes deben obediencia y respeto al presidente Iván Duque. Ello solo refleja un problema de realidad política mal manejada.

No nos llamemos a equívocos. Llamemos a las cosas por su nombre y sin eufemismos. Colombia es quizás el único régimen «democrático» del mundo donde hoy hay o coexisten un presidente y un parapresidente o suprapresidente, este último, con mayor poder incluso que el elegido por 10 millones de ciudadanos.

Poco antes de posesionarse Iván Duque, ya Alicia Arango, ex secretaria privada en la casa de Nariño en el gobierno Uribe y designada Ministra de Trabajo por el actual gobierno, lo había declarado a W Radio Colombia: «Gobernará Iván Duque, pero no hay que olvidar que Uribe es nuestro jefe».

IMG_20181120_060837Ello significa, ni más ni menos, un radical cambio que debería ser objeto de análisis por la ciencia política y por los constitucionalistas. La transferencia de la soberanía del rey al pueblo que se instauró con la revolución francesa de finales del siglo XVIII perdió vigencia o ha sido «superada» o rebasada.

Ahora en Colombia, la soberanía ya no reside en el el pueblo y ni siquiera en la persona en quien el constituyente delegó su poder, sino en un supra poder que se alza por encima del ejecutivo mismo y a quienes importantes miembros del gobierno reconocen en público como jefe incluso por encima de la figura del propio presidente.

En esa dinámica no resulta extraño entender el calificativo de «presidente eterno» que el uribismo en una especie de culto exacerbado a la personalidad, incluso con matices y/o ribetes religiosos, le otorga a Álvaro Uribe Velez.

Uribe como líder y jefe indiscutido de su partido controla a quien representa al ejecutivo, un hasta hace poco ilustre desconocido para la mayoría de los colombianos que debe su elección a la popularidad del caudillo que fue quien lo ungió ante sus seguidores, respaldo sin el cual difícilmente habría alcanzado la primera magistratura.

Controla igualmente los hilos en el poder legislativo y para nadie son ya un secreto sus intenciones de reformar y adecuar el poder judicial a la medida de sus intereses. Ello para no mencionar el enorme poder económico y mediático que también concentra y ostenta al punto de haberse erigido en una especie de intocable pese a todas las investigaciones y sindicaciones que existen en su contra.

Desde esa lógica no es extraño que siguiendo la misma línea de la ministra Alicia Arango, prestantes miembros del actual gobierno como la ministra de Justicia, Gloria María Borrero; el Alto Consejero, Emilio Archila; el Canciller, Carlos Holmes Trujillo, y hasta la propia vicepresidente, Martha Lucía Ramírez, con muy poco pudor llamen en público a Uribe presidente en lugar de decirle parapresidente o supra presidente que sería lo más adecuado, incluso para preservar ante la comunidad internacional la ya maltrecha dignidad de la figura presidencial que ya es objeto de sorna.

Dimos el salto o pasamos de ser, sin que muchos aún se percaten de ello, un régimen presidencialista a una rara figura o forma política. Hemos instaurado por primera vez en la historia, y para nuestra vergüenza, el parapresidencialismo.

¿Reptores o rectores? Las inconsecuentes posturas de quienes sirven más a Duque que a los intereses de la universidad pública

Prasca

El pasado 26 de octubre, es decir, apenas 15 días después de que los estudiantes universitarios decidieran emprender un paro nacional indefinido en defensa de la financiación de la educación superior, los rectores anunciaron un «acuerdo» con el gobierno.

Hasta ahí no habría nada por cuestionar a no ser por el hecho de que los rectores se aprovecharon de la protesta estudiantil para negociar y a la hora de hacerlo lo hicieron a espaldas de estudiantes y docentes universitarios en un claro acto de oportunismo y traición a quienes se atrevieron a poner en el centro de la discusión pública el tema de la financiación estatal de la educación pública superior.

Hasta por delicadeza y pudor los rectores han debido de abstenerse de esta acción desleal que desde un principio hizo evocar una especie de transacción en la que a cambio de la tan cuestionada mermelada (llamada así por el uribismo) el gobierno pretendía quitarle fuerza a la protesta estudiantil y granjearse el apoyo y la solidaridad incondicional de quienes con el pactaron coptándolos.

Luego de esa movida estratégica de un gobierno que hasta la fecha se niega a recibir y atender a los estudiantes, era solo cuestión de tiempo para visibilizar otros efectos del mal llamado pacto.

Poco a poco, varios rectores han venido pagando favores al gobierno y dejándose instrumentalizar de una manera vergonzosa, haciendo uso de su poder real y mediático para tratar de dividir al movimiento estudiantil con base en amenazas de cancelación del semestre académico, como si lo que estuviese en juego no fuese algo de una mayor importancia estratégica.

Ejerciendo presión soterrada y enmascarados en una supuesta preocupación por lo académico, rectores como Dolly Montoya (Universidad Nacional) y Carlos Prasca (Uniatlántico) han pretendido quebrantar y/o socavar la autonomía estudiantil a través de procesos de consulta que buscan el levantamiento del paro y dividir al movimiento estudiantil en una arbitraria injerencia en las decisiones del estamento discente y docente.

Todo puede esperarse. Incluso que se adulteren los resultados de consultas virtuales en las que nadie garantiza que a nivel informatico no se manipulen los datos. Funcionarios de esta índole, habiendo tomado partido del lado de la contraparte a los estudiantes no pueden pretender que se les reconozca como garantes de este tipo de procesos. No se puede aspirar a ser juez y parte al mismo tiempo.

De Prasca, el rector de Cambio Radical que puso la Universidad al servicio de intereses politiqueros nada extraña. Haciendo y pagando favores propios de la politiquería, y no por méritos intelectuales y académicos, accedió a la dirección de la universidad y sabe Dios que estará esperando ahora en contraprestación burocrática al favor o mandado que le hace de manera casi servil al presidente Duque.

Incluso no debe ni siquiera extrañarnos, dado su talante godo y reaccionario, que en cualquier momento opte por autorizar la intervención de la fuerza pública al interior del alma mater sin importarle en lo más mínimo la vida e integridad física de sus estudiantes.

Es bueno que la comunidad universitaria, más allá del ropaje populista con el que se disfrazan, identifique a estos oportunistas y traidores que en lugar de ser llamados rectores deberían ser llamados reptores por su enorme capacidad de reptar ante las migajas que se les arroja desde el poder central. No nos cabe la más mínima duda: Judas han existido en todos los tiempos.

Sexo en los salones: verdades y mentiras de una reciente sentencia judicial

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Los colombianos tenemos un grave problema: No nos gusta leer. Los libros no están entre nuestros «artículos» de primera necesidad y las redes sociales han sustituido hasta la lectura de la prensa.

Más grave aún, en la lectura de las noticias, con la intermediación de las redes, creemos que con el solo ejercicio de leer el titular nos es suficiente para estar «informados» y obviamos que muchos de los titulares están diseñados solo para llamar la atención y generar ‘clics’ y ‘me gusta’ y, además, que escasas veces guardan relación con el contenido mismo de la noticia.

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Por ello somos cada vez más una sociedad descriteriada y manipulable, que no busca ni atiende a razones y qué se guía por emociones (muy primarias por cierto) con las que nos creemos con la autoridad de emitir «juicios» y «opiniones» sobre los más diversos temas.

El caso más reciente que ilustra lo antes dicho,, es el del fallo de la Corte que ha llevado a más de un desprevenido «lector» a dar por cierto, que esa alta corporación de justicia avaló el sexo de estudiantes en las aulas de clase, situación frente a la que muchos salen a rasgarse las vestiduras y muy seguramente, si alguien los convocara a marchar, hasta lo harían y sin saber ni por qué caminan y gritan desaforadamente.

Lo cierto sobre las noticias, memes y caricaturas que circulan en las redes es que se trata de una errada interpretación de una decisión judicial plasmada en un (por no llamarlo amarillista) muy mal titular de prensa que las redes se encargaron de multiplicar.

Aunque los medios no se toman el trabajo de indagar a fondo, la Corte puso reparos fue a la no gradualidad y a la desproporción en la medida adoptada por el colegio frente a una evidente falta disciplinaria.

Lo que ha cuestionado el máximo tribunal constitucional del país, es que el colegio optó por lo punitivo en lugar de lo formativo y se excedió en la medida adoptada, lo que comporta o resulta violatorio del derecho fundamental al debido proceso que asiste a todo ciudadano, sea adulto o no y ejercite o no su vida sexual.

Además, no hay que olvidar que es un fallo en sede de revisión de tutela, por lo tanto, lo decidido (la ratio decidendi) no tiene efectos erga omnes (para todos el mundo) sino solo efectos inter partes. Es decir, solo tiene efectos vinculantes (obligatorios)) para los accionantes (afectados con una expulsión) y para la parte accionada (colegio).

En ningún caso, puede pues interpretarse que la Corte Constitucional legalizó el sexo en las aulas o dejó tal conducta al margen de ser sancionada, eso sí, con observancia plena de las garantías que tiene todo ciudadano. La Corte ordenó el reintegro de los expulsados, pero para que su proceso se reabra y se tenga en cuenta lo que no se tuvo: atenuantes y derechos, porque toda persona tiene derecho a ser juzgado justamente.

¿Petro, eres tú? Si los uribistas leyeran más y satanizaran menos

IMG_20180512_095657Cuando lo dice Petro o cualesquiera de quienes no comparten el dogma uribista es un crimen imperdonable. Cuando lo expresa uno de los miembros ilustres del Centro Democrático y con mayor razón su líder, venerado e inmaculado, es una brillantísima idea. Ha sucedido innumerables veces y demuestra solo una cosa: falta de coherencia.

Ocurrió con el proceso de paz con las FARC. Cuando Uribe propuso remover obstáculos e incluso una reforma constitucional y curules en el congreso para las FARC no hubo objeciones ni reparos. Bastó que Santos propusiera lo mismo para que fuera inmediatamente satanizado por una secta a la que lo único que le falta es prender hogueras para quemar herejes que, en otros momentos, han dicho exactamente lo mismo que su «mesías» y «redentor».

Las hordas fanatizadas e inoculadas de odio no se percatan, porque no tienen como uno de sus hábitos la lectura y menos el análisis, que muchas de las cosas que vehementemente critican ya las ha dicho antes su jefe. Escupen para arriba y la saliva le cae en sus propios rostros.

Qué Petro hubiese propuesto gravar tierras improductivas o comprarlas fue catalogado de «expropiación» sin serlo. Qué el exvicepresidente Francisco Santos y el exministro de agricultura Andrés Felipe Arias (condenado y prófugo de la justicia), hubiesen hablado de «tierras ociosas» y «expropiación», como lo registra la Revista SEMANA, es normal.

IMG_20180512_095608Qué Petro se haya ideado los CAMAD como una estrategia de abordaje e intento de solución al problema de salud pública que representa la extensión del consumo de drogas en el país, lo hace para los uribistas promotor de la droga y una especie de «demonio» que «persigue la perdición de la juventud».

Por el contrario, qué desde 2016 la bancada uribista (con el aval de Uribe y no a «sus espaldas») hubiese propuesto y presentado ante el congreso un proyecto de ley que copia lo de Petro y establecía «Salas de Consumo Controlado» y la despenalización del consumo mínimo y de aprovisionamiento, si es una plausible gestión parlamentaria en defensa de nuestra juventud, de la integridad de la familia y de la sociedad.

IMG_20180512_150648Hay alarmas e histeria en los medios y la sociedad si Petro plantea la posibilidad de convocar una asamblea nacional constituyente para temas específicos, pero regocijo y júbilo inmortal si tal propuesta la lanza Uribe. Ahí sí, no hay riesgos ni peligros de volvernos otra Venezuela, aunque el ex quiera concentrar en sí los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

IMG_20180512_150725Doble moral y hasta mucho de narcisismo hay en el partido de Uribe. Si algo dice cualquiera de los miembros del centro democrático se exalta sin el beneficio de la duda y se asume como verdad revelada e inmutable, hasta que alguien por fuera del uribismo lo dice y ahí sufre una transmutación pasando de ser una propuesta bendita a una maldita en un abrir y cerrar de ojos.

¡Si los uribistas leyeran tan solo un poquito! Por eso se hace tan necesaria la posibilidad de que todos puedan acceder al estudio y a la universidad para acabar con los fanatismos.

Aunque sinceramente me queda a veces la duda de que el estudio pueda por si solo hacer, frente a quienes se cierran a toda argumentación, superar el estado de disociación psicótica del que me hablaba un amigo psiquiatra, o, en términos de otro amigo cristiano, esa suerte de «velo espiritual» que les impide ver y que solo puede rasgar el Señor.

Plan para matar a Petro vincula a ultraderecha colombiana y a cubanos en el exilio

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Raúl Gutiérrez Sánchez, el cubano disidente hoy detenido en la cárcel la picota de Bogotá, en entrevista otorgada a Vicky Dávila y Jairo Lozano habló claro: Fue financiado por el exilio cubano en Miami y por la extrema derecha colombiana para cumplir la misión de asesinar a Gustavo Petro.

En sus declaraciones admitió además, que entre sus otros objetivos estaban atentar contra la embajada de Cuba y contra el máximo dirigente de las FARC, Rodrigo Londoño, en un aparente intento de librar al país de la «amenaza comunista», pero que expertos catalogan como un intento por hacer trizas el acuerdo de paz y generar un clima de inestabilidad y miedo en Colombia.

Extrañamente Gutiérrez Sánchez quién admitió estar al servicio de un denominado Movimiento Justiciero 51 (MJ51) fue detenido en marzo por la Sijin como presunto miembro del Estado Islámico y no venía siendo investigado por la Fiscalía por los hechos que hoy admite que eran su principal motivación en Colombia, en órdenes que continúan vigentes.

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Gutiérrez reveló además que en Pereira se relacionó con el también disidente cubano y nacionalizado colombiano Roberto Hernández, de quien dijo que ahora trabaja para la campaña que lideran Iván Duque y Álvaro Uribe. El terrorista señaló no arrepentirse de no haber cumplido su misión, consistente en eliminar la ideología de extrema izquierda y admitió estar dispuesto a morir por su causa.

En febrero 9 de 2018 el diario EL ESPECTADOR había dado cuenta de una reunión entre Álvaro Uribe e Iván Duque con representantes del exilio cubano en Miami.

Frente a los coincidentes hechos, el candidato presidencial Gustavo Petro, que recientemente había llamado a la ciudadanía a respetar a Álvaro Uribe, tuiteó exhortando al expresidente y a su candidato presidencial, Iván Duque, a no traer o importar odios de otros países a Colombia