Bélgica es uno de los primeros países del mundo que tomó una decisión en lo concerniente a la reapertura de los centros educativos. Lo hizo muy probablemente guiado por uno o más de los tantos mitos que se han construido en torno a las formas de propagación del COVID: La baja probabilidad de contagio en los niños (1) y, consecuentemente, la teoría en virtud de la cual las escuelas no son por tanto un espacio de propagación del virus (2).
Haciendo una clara distincion, Eduardo Galeano decía que «la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; (mientras que) la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
Tras la visita de Iván Duque a Bojayá y la humillante foto y vídeo dónde se observa al primer mandatario repartiendo golosinas entre niños pobres, con infinidad de necesidades básicas insatisfechas, no queda la más remota duda de que los colombianos no tenemos una persona medianamente inteligente y con unos mínimos niveles de empatía en la presidencia.
Lo de Duque y su asesor de comunicaciones, Hassan Nassar, es irrespetuoso y torpe. Los niños y los habitantes de Bojayá y de Chocó no solucionan décadas de abandono y de ausencia absoluta de la presencia del Estado con golosinas.
Es hiriente aprovecharse de la inocencia y del hambre de los niños y niñas pobres para intentar mejorar la precaria imagen positiva de un gobernante impopular que accedió al primer cargo público del país casi que a través de una rifa efectuada entre los más grandes aduladores de Álvaro Uribe Vélez.
Solo desprecio puede motivar la utilización de imágenes de niños (sin consentimiento de sus padres, imaginamos) para hacer politiquería en una zona del país que requiere otro tipo de intervención por parte del Estado y del gobierno. Es imperdonable lo ocurrido y ha debido concitar al unísono el rechazo ciudadano.
Duque debería presentar excusas públicas al país por esta aberración e Instituciones como el ICBF y la Defensoría del Pueblo deberían hacer un llamado a qué a futuro este tipo de actitudes y de imágenes que laceran la dignidad vuelvan a repetirse. Que alguien le diga al presidente que no repita mas su indignante Halloween.